Por esto, revisaremos una serie de consejos a tener en cuenta estos meses:
- Incentiva la práctica de actividad física:
Ya sea mediante el baile, juegos, deportes, etc. debemos aprovechar la mayor cantidad de tiempo libre de nuestros peques para animarlos a practicar alguna o actividad que los mantenga en movimiento. Se recomiendan 60 minutos al día (mínimo) de actividad física para mantenerse saludables y favorecer el crecimiento.
- Ofrece alternativas a dulces y helados:
- Evita mantenerlos a la vista y en su lugar promueve el consumo de frutas frescas dejándolas siempre a su alcance y preparándola en forma de fruta cortada, brochetas de fruta, heladitos de fruta natural (sin azúcar añadida), entre otras alternativas que puede ofrecer antes de dar un dulce. Lleve alguna pieza de fruta siempre en el bolso y asegúrate de incluirla junto a una botella de agua en caso de excursiones a la playa o la montaña.
- Prepara e invítalos a preparar contigo helados caseros con fruta fresca e ingredientes de calidad tales como yogur natural, agua de coco, entre otros.
- Ofrece otras alternativas como un puñadito de frutos secos, 1 yogur natural o 1-2 tazas de palomitas naturales para merendar.
- No te dejes llevar por el etiquetado de los dulces “sin azúcar” o “light”. En gran parte de los casos, el azúcar de estos productos ha sido sustituido por otros azúcares o edulcorantes que pueden tener desventajas similares a las del producto original, o mayor añadido de grasas.
- Ofrece Agua (recordemos mantener la hidratación ante el calor):
Las bebidas azucaradas como refrescos, zumos envasados, bebidas energéticas, entre otras, aportan gran cantidad de azúcar, entre otras sustancias nada recomendables, por lo que promoverán la ganancia de peso.
Podemos preparar aguas saborizadas de manera natural, agregando rodajas de limón o naranja o pequeños trozos de frutas como piña o sandía.
- Planifica las comidas con anticipación:
La planificación es la clave de una alimentación saludable. Si organizas el menú semanal y aseguras la compra frutas y vegetales frescos, frutos secos, cereales de grano entero y buenas fuentes de proteínas, resultará mucho menos probable que haya que recurrir a precocinados o ultraprocesados cuando el tiempo apremie o cuando la familia salga de viaje.
- Sugiere actividades recreativas relacionadas con su educación nutricional:
Pueden proponerse un sinfín de actividades con materiales reciclados como crear un huerto en casa u otras manualidades; también podremos animarlos para que ayuden en la cocina o preparen alguna receta saludable como paletas de sandía o heladitos de naranja, entre otras. Así, además de realizar una actividad divertida y entretenerse, estarán aprendiendo sobre alimentación saludable.
- Da siempre el ejemplo:
Si los niños observan a sus padres realizando actividad física o alimentándose adecuadamente es mucho más probable que deseen imitar ese comportamiento y lo incorporen en sus vidas.
Con estos consejos, sumados a la recomendación de que si planean pasar muchas horas al sol no olviden aplicarles y aplicarse crema solar, estaremos listos para disfrutar al máximo de las vacaciones de verano 😀
Por MELISA GÓMEZ
Dietista-nutricionista, especialista en nutrición clínica en pediatría, asesora de lactancia y madre de Olivia y Julieta.
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