Pero lo cierto es que, en la inmensa mayoría de los casos, la experiencia de una escapada resulta mucho más fácil de lo que habíamos imaginado.
Si en tu cabeza pensabas: Madre mía, solo yo sé dormirlo! No quiere comer más que conmigo! A veces bañarlo es una odisea! O meterlo en el carro todo un logro! Pues sí, todo eso es cierto. Cuando tú estás, eres casi la única que puedes hacer estas cosas. Pero, sorprendentemente, cuando no estás, también hay personas que lo consiguen! Y esto, os aseguro, es un alivio!
Pues despegarte de tu bebé cuando crees que ha llegado el momento, es algo absolutamente necesario. Para ti, para tu pareja, para él y para el resto de familia que están al cuidado durante tu ausencia.
A mí, la edad y las circunstancias me han hecho retrasar el primer viaje sin bebé, más que con los mayores. Manuela acaba de cumplir un año y sí, la había dejado alguna noche esporádicamente, por una boda, un cumpleaños… pero no más de una.
Se me hacía un mundo pensar en quién querría aguantar a un bebé, no facilísimo, varios días seguidos. Y también pensaba que ella no lo soportaría. Pero llegado el momento dices… sí ó sí… tengo que dar el paso.
En mi caso esta primera escapada ha sido cortita, 3 noches. Y las he turnado para no saturar a nadie. Una con una de mis hermanas y dos con la chica que suele estar con ella y que, la verdad, la considera casi-mamá.
Pues mi sorpresa fué como la de la mayoría de mamás: Se ha portado mejor con ellas que conmigo. Ha dormido más. Ha jugado más. Se ha reído más. Y al ir a recogerla, sin embargo, me ha castigado! No me miraba a la cara. Se giraba y hacía mimos y carantoñas a Betty, la chica que la cuida tanto como yo! Y le decía: Maaaamiiiiii con un amor infinito!
Y yo en vez de sentirme mal por la escapada, me he sentido mejor que nunca! Porque un bebé que supera el apego, es un bebé que desplegará sus alas. Y eso, aunque a ratitos pueda dolernos, es una inmensa alegría!
Así que, mamás y papás, no por dejarlos unos días, los estamos cuidando o queriendo menos. Sino casi lo contrario. Y es algo vital para todos. Así que si se te hace bola el momento de la escapada sin ellos, te animo a hacerlo. Busca un destino que no te suponga muchos días para la primera vez. Organízalo con mucha ilusión y seguro que no te falla!
Solo por recargar las pilas y las ganas de abrazarlos a la vuelta, vale la pena!
Ah! Y no te sorprenda nada que sea su primera vez de algo. En estos días ha aprendido a gatear, y lleva intentándolo casi 6 meses! Y aprende el día que no estás, aquí Murphy se luce siempre!