Leche de vaca (o yogur de leche de vaca):
- Aunque recientemente ha surgido mucha controversia en torno a su consumo, no se ha encontrado evidencia de que, en cantidades adecuadas, pueda causar problemas (las recomendaciones se sitúan en 1 ó 2 vasos de leche y/o yogur al día en niños mayores de 1 año).
- Es un alimento bastante completo desde el punto de vista nutricional ya que aporta proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
- En niños menores de 5 años no se suele indicar leche desnatada e incluso en mayores actualmente se está debatiendo la utilidad de recomendar este tipo de leche.
- La leche o el yogur pueden ofrecerse en el desayuno o en alguna merienda (sin agregar chocolates ni endulzantes) y, ocasionalmente, podríamos ofrecerlos como parte de un batido o smoothie con fruta (porque la fruta será mejor comerla entera).
- De igual forma, tanto si la familia prefiriese practicar una alimentación libre de lácteos como si el peque presentara Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV), podríamos sustituirla por otros alimentos y mejor si esta transición se hiciese de la mano de un dietista-nutricionista.
Bebida de Soja:
- Es la bebida vegetal más similar a la leche de vaca de entre las alternativas que veremos, aunque su aporte de nutrientes será distinto (grasas insaturadas y en menor proporción, menor aporte de calcio según si está o no enriquecida…).
- Suelen existir muchos mitos en torno al consumo de soja, pero ante esto resulta importante apoyarse en la evidencia y así encontraremos que la Academia Americana de Nutrición apoya su utilización en las distintas etapas de la vida y la Escuela de Salud Pública de Harvard considera adecuado ofrecer 1-2 raciones al día de bebida de soja (o yogur de soja sin azúcar) en niños mayores de un año, por lo que al igual que en el caso de la leche de vaca lo que se sugiere es no excederse.
- En niños menores de 1 año lo indicado sería ofrecer Leche Materna siempre que sea posible, pero en ciertos casos (galactosemia, familias vegetarianas que no puedan dar LM…) se pueden ofrecer fórmulas de continuación elaboradas con proteína de soja (previa evaluación del caso).
Otras bebidas vegetales:
Pueden incluirse en la alimentación de nuestros peques (consuman o no leche de vaca, sean o no vegetarianos), pero es importante matizar que aunque podemos utilizarlas como sustitutos en algunas recetas, nutricionalmente hablando NO son equivalentes, son alimentos distintos, como comparar un vaso de leche con un vaso de zumo : ambos se pueden tomar, o no, pero no podremos sustituir un vaso de leche de vaca por un vaso de bebida de avena sino por una alimentación variada que se asegure de incluir otros alimentos (legumbres, vegetales, frutos secos…).
- Bebida de arroz: No se recomienda en niños menores de 5 años por su contenido de arsénico. Después de esta edad puede utilizarse para distintas preparaciones.
- Bebida de avena: Puede ofrecerse a partir de los 6 meses dentro de preparaciones como gachas de avena, tortitas (para BLW), entre otras, debido a su sabor suave.
- Bebida de almendras/avellanas/semillas: pueden ofrecerse a partir de los 6-7 meses (descartando previamente alergias) para elaborar preparaciones como las descritas en el ejemplo anterior.
- En caso de ofrecerlas a niños vegetarianos, se recomienda que estén enriquecidas con Calcio, por lo que en estos casos no resultaría tan recomendable realizarlas de modo artesanal.
- A pesar de poder ofrecerse a partir de los 6 meses como parte de preparaciones, no ofreceremos 1 vaso de bebida vegetal (ya que estaremos ofreciendo mayormente agua) para no desplazar la toma de leche materna o fórmula (que será la principal fuente de nutrientes del bebé hasta alcanzar los 12 meses).
Leche de cabra u oveja:
- Los lácteos de cabra o de oveja (leche, yogur o queso) serán también buenas alternativas a ofrecer.
- La leche de cabra ha sido considerada menos alergénica (en casos de alergia a la caseína) si se compara con la leche de vaca por lo que algunos niños con alergia a la proteína de leche de vaca podrían tolerar la leche de cabra, pero esta alternativa deberá probarse bajo estricta vigilancia médica.
- Además, presenta menor contenido de lactosa (será buena opción en caso de intolerancia) y las grasas que aporta pueden ser digeridas con mayor facilidad lo que resultará beneficioso para el niño (que además requiere un mayor aporte de grasas que los adultos).
Esperamos que, tras revisar todas estas opciones, puedan identificar cuál se adapta mejor a las necesidades de sus peques y de sus familias (se pueden alternar o variar o sustituir por otros alimentos).
Por MELISA GÓMEZ
Dietista-nutricionista, especialista en nutrición clínica en pediatría, asesora de lactancia y madre de Olivia y Julieta.
Si quieres consultar más noticias de lifestyle pincha aquí.